Para muchas familias mexicanas, tener una casa propia sigue siendo uno de los logros más anhelados. Más que un espacio físico, representa estabilidad, patrimonio y una inversión segura a largo plazo.
Sin embargo, en los últimos años, factores como la gentrificación y el crecimiento urbano han encarecido significativamente el valor de los inmuebles en distintas zonas del país, especialmente en las grandes ciudades. Esto ha dificultado el acceso a la vivienda, en especial para las familias de ingresos medios y bajos.
¿Dónde comprar sigue siendo viable?
Aunque el panorama puede parecer desalentador, todavía hay opciones reales y accesibles en otras regiones del país. Según el Índice de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), en el primer semestre de 2024:
- El precio promedio nacional fue de 1 millón 724 mil pesos.
- El precio mediano se ubicó en 1 millón 49 mil pesos.
Las zonas metropolitanas como CDMX, Monterrey y Guadalajara encabezan las listas con los precios más altos. Pero fuera de ellas, algunos estados aún ofrecen alternativas viables para adquirir vivienda sin caer en deudas interminables.
Estados con viviendas más económicas en 2024
Según datos de la SHF y agentes inmobiliarios, estos son algunos de los estados con precios más accesibles:
- Tlaxcala: $1,147,580
- Hidalgo: $1,299,300
- Colima: $1,370,870
- Tamaulipas: $1,475,610
- Zacatecas: $1,524,790
- Sonora: $1,655,970
- Michoacán: $1,672,350
- Chiapas: $1,692,650
Estas cifras muestran que todavía es posible adquirir una propiedad sin comprometer toda la economía familiar o depender de hipotecas a 30 años.
Calidad de vida más allá de las grandes ciudades
Cada vez más mexicanos están considerando reubicarse en zonas menos urbanizadas, donde el ritmo de vida es más tranquilo, hay menos estrés, y los precios de vivienda permiten una mejor calidad de vida.
El acceso a la vivienda en México ya no depende solo del ingreso, sino de saber leer el mapa de oportunidades ocultas. Mientras las grandes ciudades se vuelven inalcanzables para muchos, otros territorios comienzan a emerger como alternativas reales. Pero, ¿cuánto durará esa ventana antes de que también se cierre? Tal vez la verdadera pregunta no sea dónde comprar, sino cuánto tiempo más será posible hacerlo.